El rol de los profesionales de la salud en el autocuidado

Las políticas públicas en América Latina deben reforzar el autocuidado, la descentralización de los sistemas sanitarios y la dotación de recursos para la prevención de enfermedades.

 

La Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR) realizó el seminario web “Profesionales de salud y autocuidado”, como parte de la campaña “Cuidarme es Salud”. El panel estuvo conformado por el Dr. Hugo Palafox de la Alianza Latinoamericana de Nutrición Responsable (ALANUR, como moderador), la Dra. Magaly Rodríguez de Bittner, vicepresidenta del Foro Farmacéutico de las Américas (FFA), el Dr. José Ramón Martínez, de la Red Internacional de Enfermería Familiar y Comunitaria (Red EfyC), la Dra. Julieth Pilar Uriza, nutricionista dietista e investigadora de la Universidad ECCI, y el Dr. Andrés Duarte Osorio, director del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad Javeriana.

El director general de ILAR, Juan Thompson, comentó que “la pandemia de COVID-19 ha destacado la necesidad de elevar y profundizar la discusión sobre el autocuidado como una herramienta que permite empoderar a las personas en América Latina, para mejorar los resultados de salud y optimizar los servicios de salud en la región”.

El Dr. Palafox recalcó que el autocuidado de la salud, que incluye la prevención y autogestión de enfermedades, ha sido parte del desarrollo humano a través de la historia, de forma individual y colectiva, y aunque la ciencia ha permitido avances, es importante estar informados y comprender diferentes ángulos para el cuidado de la salud.

Los panelistas mencionaron los cambios que emergieron con la pandemia de COVID-19 en el estilo de vida, la alimentación, actividad física, la salud, la creciente demanda de información verdadera y el impacto en la prestación de servicios de salud, pero también cómo se incrementaron los hábitos de higiene y una mayor conciencia en la población sobre el autocuidado de la salud. 

La Dra. Magaly Rodríguez de Bittner se refirió al rol y las oportunidades del profesional farmacéutico en el autocuidado de la salud, los retos antes y después de la pandemia, y el plan de acción que están elaborando el Foro Farmacéutico de las Américas e ILAR para promover el autocuidado, la seguridad del paciente y la colaboración entre profesionales de distintas ramas de la salud.

“Durante la pandemia, las farmacias han sido clave, incluso, en algunos lugares, para realizar pruebas de COVID-19 y vacunación. El farmacéutico es un profesional respetado por los pacientes, que apoya las campañas de promoción de la salud y es un colaborador en la educación de las personas, a quienes orienta respecto a la práctica de buenos hábitos, el uso correcto de medicamentos de venta libre y que vela por su seguridad” indicó la Dra. Rodríguez.

No obstante, añadió, existe una variabilidad en la formación profesional de los farmacéuticos, en las regulaciones y en el acceso de la población a productos y medicamentos de venta libre, dependiendo del país.

“Hemos establecido una colaboración entre el Foro Farmacéutico de las Américas (FFA) e ILAR, viendo que hay una creciente necesidad de integrar a los diversos actores de la salud en la región, particularmente luego de la pandemia, para crear un grupo de expertos que nos ayude a decidir y generar oportunidades para proveer programas educativos a los pacientes, reforzar el papel y el compromiso de la profesión de farmacéutico en el autocuidado, y ver cómo podemos compartir con entidades gubernamentales y agencias sanitarias, para desarrollar una alianza, programas y campañas que se puedan promocionar desde la farmacia”.

 

Por su parte, el Dr. José Ramón Martínez Riera compartió su experiencia desde la perspectiva de la enfermería familiar y comunitaria. Explicó que el cuidado de la salud requiere de tiempo, espacio, dedicación, técnica, ciencia, sabiduría, conocimiento teórico y práctico. Pero, a menudo, los sistemas de salud paternalistas, fragmentados y medicalizados excluyen elementos que conllevan a una deshumanización de los pacientes. Subrayó que las soluciones técnicas son parte de la existencia, pero los cuidados y atenciones deben contemplar la dignidad humana.

Desde el punto de vista de la enfermería comunitaria, el cuidador profesional requiere una interacción, apoyo y educación para empoderar a la población, facilitar que el ciudadano ejerza su poder para tomar decisiones por sí mismo, a través de la autogestión, autodeterminación, autonomía y autocuidado.

 

Además, es importante la prescripción social de recursos comunitarios, no clínicos, que mejoran los hábitos saludables de las personas, su confianza y estado de ánimo, el aumento de la autoestima y autoeficacia, y que reducen los síntomas de ansiedad, depresión leve y moderada.

“El autocuidado es fundamental para desafíos como la soledad y las enfermedades crónicas. Es importante capacitar a los cuidadores familiares para que no afecten su propio cuidado al dedicarse a otra persona”, indicó el Dr. Martínez.

 

El Dr. Andrés Duarte, director del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Pontificia Universidad Javeriana expuso los aprendizajes y retos para el autocuidado desde la óptica del ejercicio médico.Detalló los hechos durante la pandemia y las respuestas que se generaron. Por ejemplo, al inicio no se conocía sobre el virus causal de la pandemia y la comunidad médica mundial no sabía cómo enfrentarlo, surgiendo así mucha desinformación e informaciones maliciosas. Frente a eso, los organismos internacionales, ministerios y organizaciones nacionales diseñaron y pusieron en marcha protocolos de investigación. Un reto fue contar con programas efectivos de información, comunicación y educación para la salud.

Adicionalmente, la pandemia ha acarreado incertidumbre, malestar, ansiedad, depresión y violencia intrafamiliar. Como respuesta, surgieron programas de escucha activa y soportes digitales.

 “La pandemia nos ha mostrado la necesidad de cuidarnos a nosotros mismos y refuerza el concepto de salud que incluye la adaptación a las situaciones y la autogestión, incluido en el autocuidado”, mencinó el Dr. Duarte.

 

En el ámbito de la nutrición, la Dra. Pilar Uriza Pinzón se refirió a los profesionales de salud, la alimentación saludable y el autocuidado. Presentó estadísticas mundiales sobre malnutrición, cambios en el Índice de Masa Corporal durante la cuarentena, y mencionó las nuevas Guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las intervenciones de autocuidado.

 

Algunas de las conclusiones de los panelistas fueron:

  • La correcta implementación de una estrategia de autocuidado requiere la participación y el apoyo de todos los profesionales de la salud. Además, es necesaria la inclusión del autocuidado en la formación académica de dichos profesionales y su incorporación en los diálogos con los pacientes.

  • El acceso a productos y servicios de autocuidado, con el apoyo y guía de los profesionales de la salud, tiene un impacto altamente positivo en el mejoramiento de la población y en la sustentabilidad económica para los sistemas de salud públicos.

  • Durante la pandemia, los sistemas sanitarios dejaron de lado la atención de otros problemas de salud, incluyendo las enfermedades crónicas.

  • Si se hubieran incorporado líderes comunitarios en los procesos de información, probablemente se hubiera aminorado la incertidumbre y la ansiedad, que inciden en la salud mental.

  • La promoción de la salud es un eje transversal en la sociedad y en la pospandemia, se deben contemplar espacios, hábitos y conductas saludables. En ese sentido, es importante un enfoque desde las Ciencias de la Implementación, para que el conocimiento realmente se vea reflejado en los comportamientos de las personas y el autocuidado.

 

Respecto a las políticas públicas en América Latina que favorezcan el autocuidado y la alfabetización en salud en la sociedad, los expositores llegaron a varias conclusiones:

  • La educación o alfabetización en salud es un objetivo central que debe estar impulsado desde las políticas públicas.

  • Es necesario concientizar a los gobiernos de que un ciudadano con acceso a los servicios de salud es un ciudadano saludable, productivo y puede generar ahorros para ser utilizados en el tratamiento de condiciones graves.

  • Se deben destinar recursos no solo para tratar las enfermedades, sino también para su prevención.

  • Es necesario descentralizar la atención en los sistemas sanitarios e incorporar organizaciones de participación ciudadana para que la propia comunidad pueda tener un rol más activo en el autocuidado.

  • Transformar la forma de comunicar y trascender más allá del papel, para que se conozcan las regulaciones y leyes.

  • Invertir en campañas con una comunicación masiva, certera, clara y contundente para evitar que la desinformación siga proliferando sobre la evidencia científica. 

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Acerca de ILAR

ILAR es la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable, líder en promover el desarrollo del autocuidado responsable como la mejor herramienta para estar y mantenerse saludable, así como de garantizar el acceso a medicamentos de venta libre (OTC). ILAR es miembro de la Federación Global del Autocuidado (GSCF), asociación internacional no gubernamental en relación oficial con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Fundada en diciembre de 2001, la Asociación está formada por fabricantes de productos y compañías farmacéuticas líderes en la región, comprometidos con el uso adecuado de medicamentos de venta libre en América Latina.

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