Simplificando el autocuidado para una mejor salud

Cuando las personas piensan en el autocuidado, a menudo evocan imágenes de meditación, yoga, tal vez, incluso un fin de semana en un spa. Si bien todos los anteriores pueden técnicamente caer bajo este término, la Global Self-Care Federation (GSCF) propone una visión más amplia del autocuidado y  del impacto que puede tener en las personas.

El autocuidado es la práctica de las personas para cuidar su salud, utilizando los conocimientos y la información que tienen a su disposición, en colaboración con los profesionales de salud cuando sea necesario. Cuando se implementa correctamente, generalmente la persona se compromete a realizar seis acciones clave:

 

  1. Tomar decisiones para un estilo de vida saludable: esto implica estar físicamente activo y comer de manera saludable.

  2. Evitar hábitos poco saludables: lo que implica evitar fumar y el consumo excesivo de alcohol.

  3. Hacer un uso responsable de los medicamentos, tanto de receta como de venta libre: estos que pueden desempeñar un papel clave en para el autocontrol de enfermedades leves o continuas.

  4. Autorreconocimiento de los síntomas: evaluación y tratamiento de los síntomas, en colaboración con un profesional de la salud cuando sea necesario.

  5. Autocontrol: monitoreo de las señales de deterioro o mejoría.

  6. Autogestión: manejo de los síntomas de la enfermedad, ya sea por si sola, en asociación con profesionales de la salud o en compañía de otras personas con el mismo problema de salud.

 

Por lo tanto, empoderar a las personas para que administren su salud de manera proactiva es el punto central de la definición de autocuidado que promovemos. Las personas y sus comunidades tienen mucho que ganar si siguen a estos principios. Los beneficios del autocuidado van desde mejores estados de salud hasta un menor gasto para el hogar, lo que proporciona un incentivo financiero.

El autocuidado ha ofrecido a las personas una mayor disponibilidad de acceso efectivo a la salud. En primer lugar, sabemos que brinda a las personas los conocimientos necesarios para manejar diferentes afecciones de salud según su necesidad. Además, los costos para las personas y los sistemas de salud se reducen a medida que las personas consultan a su farmacéutico para tratar afecciones leves, por ejemplo.

 

Los desafíos relacionados con COVID-19 que enfrenta el sistema de atención médica, solo se volverán cada vez más acentuados a medida que la población mundial que envejece presenta más casos de enfermedades crónicas y requiera acceso a una atención médica eficaz.

En consecuencia, debemos ver el autocuidado como una pieza complementaria en las herramientas de la futura atención médica.

El Indice de Preparación para el Autocuidado (Self-Care Index) de la GSCF muestra que el incorporar la prevención, estrategias de alfabetización en salud y el autocontrol a los sistemas y programas nacionales de atención médica, ha demostrado tener ventajas. En Egipto, por ejemplo, se han observado mejoras en la salud pública gracias a una variedad de campañas educativas y de detección de enfermedades. Al mismo tiempo, en Tailandia se han observado beneficios similares, donde los programas de voluntariado en salud de las aldeas han fortalecido la atención primaria de salud a través de la educación y el apoyo al autocuidado durante más de cuatro décadas.

 

Participar en el autocuidado tiene ventajas significativas para las comunidades y los sistemas de salud. Los formuladores de políticas, los profesionales de la industria, las ONGs y los usuarios deben ser lo suficientemente enérgicos y decididos para continuar promoviendo su importancia a fin de cumplir con sus transformaciones.

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