El autocuidado de la salud 24/7 reduce la prevalencia de enfermedades y contribuye a la sostenibilidad de los sistemas de salud

Extender la práctica del Autocuidado Responsable en América Latina requiere mejorar la alfabetización en salud de la población y el apoyo de los profesionales de salud.

 

24 de julio del 2021. La salud es un derecho humano y es esencial para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

El 24 de julio de cada año (24/7) se conmemora el Día Internacional del Autocuidado de la Salud. En esta fecha, la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR), con el fin de ampliar el conocimiento y promover la práctica del autocuidado en Latinoamérica, enfocados en generar educación sobre el cuidado de la salud y el acceso a medicamentos de venta libre, como pilares del autocuidado.

 

Promover el autocuidado es una estrategia para extender el acceso a la salud en la población. El autocuidado empodera a las personas en el cuidado de su propia salud para que puedan prevenir y tratar enfermedades leves de forma eficiente. La práctica del autocuidado, además, reduce la pérdida de productividad por absentismo y genera ahorros a los sistemas de salud públicos al minimizar atención de condiciones que no son graves, lo cual es altamente relevante en el contexto actual de la pandemia de COVID-19.

 

ILAR lidera la promoción del autocuidado responsable como la mejor herramienta para estar y mantenerse saludable. Este trabajo es realizado junto a organizaciones y entidades locales de la región latinoamericana y como miembro de la Federación Global de Autocuidado (GSCF), en relaciones oficiales con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

La OMS define el autocuidado de la salud como la “capacidad de las personas, familias y comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un prestador de atención de salud”. 

 

Según el informe “Las dimensiones económicas de las enfermedades no transmisibles en América Latina y el Caribe” (2017), de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cual apunta cuatro factores de riesgo modificables asociados a más de dos terceras partes del total de nuevos casos de ENT en el mundo: alimentación poco saludable, consumo de tabaco, inactividad física y el consumo nocivo de alcohol.

El documento plantea que, además del papel que desempeñan el sector salud y las políticas públicas, las personas también deben adquirir habilidades para el cuidado de la salud para reducir la prevalencia de las ENT y que, “el apoyo al autocontrol individual puede proporcionar educación de una forma sistemática, reforzar las intervenciones y, aumentar las competencias y la confianza de los pacientes en la gestión de su propia salud y bienestar”.

Para el director general de ILAR, Juan Thompson, en América Latina hay grandes oportunidades para la inclusión del autocuidado desde un punto de vista de política pública, “es necesario transitar desde un enfoque paternalista que caracteriza a nuestros sistemas de salud en América Latina hacia uno cuyo foco sea el empoderar a las personas sobre el cuidado de su propia salud” y añade que el autocuidado no es una estrategia unilateral pues, “todos tenemos un papel que cumplir en el proceso de empoderar a las personas sobre su propia salud y así generar un impacto positivo para los sistemas salud. Las políticas públicas, la educación en salud, los médicos en recomendar acciones de autocuidado y prevención, los farmacéuticos, guiando a las personas en el uso de medicamentos de venta libre de forma responsable, los académicos, colocando el tema de autocuidado en los currículos de formación profesional y general.”

Con esto, se busca reforzar el conocimiento y práctica del autocuidado de la salud a través de la campaña “Cuidarme es Salud”. Esta campaña se desarrolla a través de comunicación a la población para destacar la importancia del autocuidado, brindar recursos que impulsen la alfabetización en salud y generar colaboración entre profesionales de salud, actores públicos, y privados para generar una incidencia positiva en cuatro áreas de enfoque fundamentales:

1.     El impulso de la alfabetización en salud.

2.     El valor económico y beneficios que el autocuidado representa para los sistemas de salud en América Latina.

3.     El rol de los profesionales de la salud.

4.     La aceleración en el uso de plataformas digitales.

 

1.     El impulso de la alfabetización en salud: Esta es un área importante para extender la práctica del autocuidado. El creciente interés de la población y el impulso generado en el último año para adoptar prácticas saludables genera un entorno favorable para orientar a los usuarios en América Latina. La alfabetización en salud es vital porque se traduce en conocimiento sobre acciones, recursos y uso de productos para la salud, como los medicamentos de venta libre, para que los usuarios puedan tomar mejores decisiones sobre como cuidar su salud, integrar la práctica del autocuidado en casa y hacer uso adecuado de los sistemas de salud con conciencia de lo que esto implica para el usuario y su comunidad.

 

2.     El valor económico y beneficios que el autocuidado representa para los sistemas de salud en América Latina, así como el impacto de la gestión del autocuidado a través de medicamentos de venta libre para los sistemas de salud y en la productividad laboral.

El valor económico hace hincapié en el autocuidado como alternativa a los gobiernos para un mejor uso de los recursos del sector salud, generar eficiencia en los insumos y gestión de recursos humanos que dan como resultado una mejor atención a los usuarios, algo que ha sido imperativo para la atención a pacientes de COVID-19 y cuyos aprendizajes deberían extenderse y mantenerse pos-pandemia.

 A pesar de que la pandemia de COVID-19 afectó gravemente los servicios de prevención y tratamiento de las ENT en las Américas, según un informe de la OPS de junio de 2020, esta emergencia sanitaria también reforzó la conciencia de los ciudadanos sobre su responsabilidad personal, con su familia y su comunidad, al promover hábitos de higiene y acciones de cuidarse para prevenir el contagio con el virus SARS-CoV-2. 

3.     El rol de los profesionales de la salud: La participación de los profesionales complementa las áreas de enfoque, debido a su influencia y relevancia en mejorar el acceso y prácticas de autocuidado. Los profesionales de la salud, en sus diferentes áreas de especialidad, son actores principales en esta gestión porque a través de sus conocimientos y cercanía con los usuarios suman y generan influencia en mejorar la alfabetización y acceso a medicamentos de venta libre, promueven buenas prácticas orientadas a la salud física y mental e igualmente son un factor clave para comunicar alianzas y colaborar como profesionales en la implementación de acciones que beneficien a la población.

  

4.     La aceleración en el uso de plataformas digitales: La pandemia aceleró el uso y adopción de servicios digitales como el comercio electrónico y la telemedicina, herramientas que pueden contribuir a ampliar el acceso al autocuidado y a productos para la salud. Esto destaca la responsabilidad y rol de los proveedores de servicios para ampliar el acceso de los canales a más países y ubicaciones en América Latina.

El trabajo conjunto de ILAR, con el apoyo de sus miembros y asociados, se intensifica en estas fechas aprovechando que julio trae consigo el Día Mundial del Autocuidado, una fecha oportuna para crear conciencia, conocimiento y educación sobre la importancia del autocuidado en Latinoamérica, invitar a los profesionales de la salud a ser parte de este movimiento y a las personas a conocer más sobre las acciones que pueden tomar para cuidar de su salud y la de sus familias cada día.

 

¡Autocuidado es salud para todos!

Anterior
Anterior

Autocuidado digital: hacia un sistema híbrido de salud en América Latina

Siguiente
Siguiente

El rol de los profesionales de la salud en el autocuidado